Información del paciente: Pie & Mano

Un cuerpo humano adulto cuenta con unos 206 huesos. Lo aproximado de esta cifra se debe a que los huesos van uniéndose a lo largo de nuestra vida. La mitad de los huesos de una persona adulta se encuentran en nuestras manos y pies: el pie cuenta con 26 huesos y la mano, con 27, con lo que en total suman 106 huesos. El gran número de huesos dentro de las extremidades demuestra la importancia y, sobre todo, la complejidad de cada una de ellas. He aquí otra razón más por la que prestar atención a nuestras manos y nuestros pies.

Si observamos nuestros pies en detalle, nos damos cuenta que éstos muchas veces solo se consideran un medio auxiliar para alcanzar nuestra meta. Nuestros pies son una obra maestra en términos de complejidad, y cada pie contiene unas 30 articulaciones, 30 músculos y más de 100 ligamentos y tendones. A cada paso los pies sirven de apoyo y amortiguación para nuestro propio peso y el peso adicional que cargamos. A pesar de la complejidad, la carga permanente, o unos zapatos demasiados estrechos o mal elegidos, nuestros pies muestran una gran tolerancia y perdonan estos pequeños errores.

Con el paso del tiempo el contenido en calcio de nuestros huesos disminuye y los huesos se vuelven inestables y quebradizos. Los esfuerzos cotidianos se ven de otra manera cuando se sufren molestias o dolores en las extremidades. Una de las molestias más habituales es la artrosis, que consiste en el desgaste del cartílago protector debido al envejecimiento y provoca que los huesos rocen entre sí sin que haya protección. Otros dolores posibles también pueden deberse a la unión no deseada de huesos o a la aparición de fisuras, hasta llegar incluso a una fractura.

Si sufre molestias o dolores inusuales y duraderos, comuníqueselo a su médico y juntos intenten aliviar o solucionar la causa a través de métodos conservadores. Si los métodos conservadores no resultan eficaces o no solucionan la causa, la única solución que queda es realizar una intervención en la mano o en el pie. No se asuste por ello, con los medios auxiliares actuales una intervención se puede realizar sin apenas complicaciones. En determinados casos deberá emplearse una grapa de fijación ósea.

Nota: antes de cualquier intervención busque siempre asesoramiento médico especializado y, en caso necesario, solicite una segunda opinión.

Grapa Z (grapa de fijación ósea)

¿Qué es una grapa de fijación ósea?
Una grapa de fijación ósea es un implante médico para la fijación interna de los huesos en caso de fracturas, fusiones u osteotomías en el tobillo, el pie, la mano y las articulaciones de las manos.

¿Cuándo se utiliza una grapa de fijación ósea?
Las grapas de fijación ósea de Z-Medical (Grapa Z) se emplean para la fijación de fracturas óseas o para reconstrucciones óseas.

  • Fijación de fragmentos óseos o pequeñas fracturas óseas
  • Tratamiento de fracturas en manos y pies
  • Osteotomías en mano, pie o articulación del tobillo

¿Cómo se coloca una grapa de fijación ósea?
El tratamiento con una grapa de fijación ósea se realiza con anestesia general. Tras efectuar una incisión en la mano o en el pie, el tejido se abre separándolo con un instrumento. La grapa Z es la combinación de un implante y el instrumento previsto para colocarlo. Dentro del instrumento hay integrados dos orificios de perforación a modo de plantilla para taladros. Mediante un alambre de perforación se perforan los orificios en los huesos. A continuación la grapa se presiona para introducirla en los orificios hasta que queda al ras con la superficie. El instrumento restante se rompe con un sencillo movimiento lateral y se retira del implante.

¿Cómo funciona la grapa de fijación ósea?
La sujeción del hueso o de cada uno de los segmentos tiene lugar por el principio de compresión. La grapa cuenta con una distancia menor que los orificios y, por tanto, debe insertarse en los orificios con un gran esfuerzo. En el mismo momento la grapa tiende a volver a su forma original, por lo que las dos patas de la grapa presionan el hueso o cada uno de los segmentos, uniéndolos. La grapa se mantiene fija en los orificios gracias a los niveles y las púas.

¿Qué ventajas ofrece el sistema?

  • Fuerzas de compresión elevadas y duraderas
  • Fuerte anclaje
  • Aplicación más sencilla y segura
  • No se necesita ningún instrumento más para colocarla

Medidas de precaución

  • Respete todas las indicaciones que le ofrezca su médico y plantéele las dudas que tenga antes y después de la operación.
  • Si surge alguna complicación tras la operación que esté relacionada con la intervención o los implantes, acuda de inmediato a su médico.
  • Evite realizar actividades físicas intensas y cargar pesos justo después de la intervención.
  • Su médico le explicará los posibles efectos secundarios de la anestesia (p. ej., náuseas, vómitos, lesiones dentales, etc.).

Vida útil
La grapa de fijación ósea es un implante cuya función principal consiste en ayudar al proceso de curación tras una intervención. La fusión debería tener lugar en un plazo de 12 semanas tras la intervención. Una vez curada la lesión, el implante debe retirarse. Si el riesgo es demasiado alto en caso de realizar otra intervención, el producto sanitario puede permanecer implantado de por vida. Esta cuestión debe abordarse de forma personalizada con el médico que realiza el tratamiento.

Material
La Grapa Z está compuesta de una aleación de titanio TI6AL4V ELI de uso médico. El titanio constituye la mayor parte de la aleación, y además hay aprox. un 6 % de aluminio, aprox. un 4 % de vanadio y trazas de otros elementos (hierro, oxígeno, carbono, nitrógeno e hidrógeno), que en total pueden suponer una proporción máxima de <0,53 %.